Control de plagas, uso de regadío controlado y cálculo de la producción, los principales puntos que se pueden llegar a gestionar con un dron en el viñedo.
Tradicional o innovación. Los expertos del sector del vino y productores parece que lo tienen claro, pero el consumidor, el enamorado del vino, el winelover de pura cepa parece que tiene reticencias a la innovación en el viñedo.
En cualquier caso, la innovación se ha instaurado en los procesos de elaboración del vino años atrás empezando internamente por las bodegas propiamente y ahora extendiéndose al viñedo, por lo que no deberíamos asombrarnos por los cambios que se están produciendo.
Los drones han llegado para quedarse y hoy en día para el agricultor un dron permite optimizar sus recursos y ahorro de costes. Esta agricultura denominada de precisión y bien gestionada permite al productor y bodeguero tener un mayor control de su cosecha.
Con un dron se puede llegar a controlar y gestionar modelos que permitan analizar el riego por parcelas consiguiendo reducir el gasto de agua y mantener los niveles de estrés híbrido de la vid controlado. O gestionar mapas de fertilizantes con el consiguiente ahorra de productos fito-sanitarios y así el viñedo y plaga en cuestión tenga la cantidad de nutrientes que realmente necesite.
En la imagen se puede observar el color verde la cosecha y en color rojo las malas hierbas que tiene el terreno.
Pero, ¿Cuándo es rentable un dron?
Obviamente el pequeño agricultor con una edad cercana a la jubilación difícilmente lo vas a convencer para controlar sus viñedos con un dron. Él sabe de memoria las vides que hay en cada parcela y rápidamente te puede dar una estimación cercana a la que será la producción del año en curso.
Los drones están siendo utilizados por bodegas con grandes hectáreas de viñedo. De esta forma les permite con relativamente mínimo esfuerzo y gracias a los programas de gestión tener una rápida visión de la situación de la cosecha y prevenir enfermedades localizando en grandes hectáreas de viñedo el punto dónde una enfermedad puede empezar a propagarse.
En el panorama nacional existen cada vez más bodegas que han implantado ya la agricultura de precisión. Bodegas Lahoz, Bodegas Torres, Bodegas Matarromera, Juvè & Camps o Viñas del Vero son algunas de las bodegas que ya confiaron en este modelo en su proceso productivo.
Dentro del ámbito tecnológico en el viñedo existe un proyecto financiado por el CDTI denominado Globalviti que pretende mejorar la producción vitivinícola frente al cambio climático a través de nuevas tecnologías, de estrategias biotecnológicas y del manejo del viñedo.
La agricultura de precisión es una realidad, no sustituirá la labor manual del viticultor y el enólogo que siempre tendrán la última palabra y supervisión a la hora de tomar decisiones. La tecnología complementa y ayuda en el proceso.
Fotos: Topdrone, Globalviti.